Al idiota del pulpo Paul, esta tarde nos lo comeremos a la marinera acompañado con un buen vino blanco del Rhin. Claro que no estuvieron avispados los Ales cuando estuvieron en Galicia hace unos días. Allí se podrían haber comido a varios parientes para chantajearlo y que se dejara de jugar al adivino. Y le regalaríamos unos vaqueros para que se entretuviera tratando de ponérselos. Por aquello de ¡más complicado que vaquero de pulpo!
2 comentarios:
No es consuelo muy grande, pero¡que garra tuvo tu selección todo el tiempo! nadie pensó que luego de lo que lucharon para estar siquiera en el mundial, llegaran tan lejos.
Felicitaciones sinceras
Muchas gracias Alemamá.
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