26 mayo 2010. "Os animo a pedir a Dios por el Papa y su ministerio de gobernar la Iglesia de Cristo", dijo Benedicto XVI.
Hemos tratado ya del ministerio de enseñar y de santificar del sacerdote. Hoy nos referimos a su oficio de gobernar la porción del pueblo que Dios le ha confiado. Cada pastor es el instrumento por medio del cual Cristo llega a las almas, para instruirlas y custodiarlas. Para guiar la grey de Cristo, el sacerdote necesita una profunda amistad con el Señor, una continua disponibilidad a dejar que sea Él quien gobierne su vida y una real obediencia a la Iglesia. La docilidad de los fieles a sus pastores depende de la docilidad de los sacerdotes a Cristo. Fuera de esta visión sobrenatural no es posible comprender el oficio de gobierno que ejercen los sacerdotes. En cambio, cuando dicho ministerio se apoya en un amor verdadero por la salvación de los fieles, se revela particularmente valioso. Para el sacerdote, la autoridad es un servicio vivido en una donación total a los fieles, para edificarlos en la verdad y la santidad. Os animo a pedir a Dios por el Papa y su ministerio de gobernar la Iglesia de Cristo.
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los de la parroquia "Madre y Reina del Carmelo", de la Diócesis de Fontibón, y a los demás grupos venidos de España, Argentina, El Salvador, Guatemala, Paraguay y otros países latinoamericanos. Al suplicaros una oración por vuestros sacerdotes, los invito a unirse de corazón a las celebraciones conclusivas del Año Sacerdotal, que tendrán lugar en Roma el próximo mes de junio. Muchas gracias.
miércoles, 26 de mayo de 2010
Rezar por los sacerdotes.
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