Detrás de estos cachetes sonrientes y estos lentes se esconden unos siuvers de temer. Algunos están estudiando en otros países. Otros crecieron mucho. Las caras de diablos los venden a todos. Épocas decentes de niños de pelo corto con cinturón y remera por dentro del pantalón. ¡Válgame Dios, que tiempos aquellos!
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