viernes, 21 de marzo de 2008

Viernes Santo.

No me mueve, mi Dios, para quererte,
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
.
Tú me mueves, Señor, muéveme al verte
clavado en una Cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido;
muévenme tus afrentas y tu muerte.
.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
.
No me tienes que dar porque te quiera;
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero, te quisiera.
.
Anónimo español, siglo XVI
.
.

3 comentarios:

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo dijo...

Tenemos en Granada, en un lateral -por fuera- de la basílica de Las Angustias -la Patrona- un Cristo con este poema en la lápida: bellísimo y para meditar.

j.a.varela dijo...

Muchas gracias por el comentario y Felices Pascuas!

j.a.varela

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo dijo...

De nada, igualmente