(Tomamos de opus dei.org palabras del Prelado)
Ayer recordamos el ingreso triunfal de Cristo en Jerusalén. La muchedumbre de los discípulos y otras personas le aclamaron como Mesías y Rey de Israel. Al final de la jornada, cansado, volvió a Betania, aldea situada muy cerca de la capital, donde solía alojarse en sus visitas a Jerusalén.
Allí, una familia amiga siempre tenía dispuesto un sitio para Él y los suyos. Lázaro, a quien Jesús resucitó de entre los muertos, es el cabeza de familia; con él viven Marta y María, hermanas suyas, que esperan llenas de ilusión la llegada del Maestro, contentas de poder ofrecerle sus servicios.
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1 comentario:
Que agradable y reconfortante es siempre recibir la visita de Jesús en nuestra casa.
lo podemos recibir cada dia en la Comunión, que gran alegria si sabemos valorarlo, si estamos en condiciones de recibirlo.
Un saludo
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