Fogón entre primos y amigos es un imperdible de los veranos del Pinar. Guitarras, mates, termos, abrigos, alegría, buena onda y unos leños ardiendo.
Hay que reconocer que hace algunos años, los papás nos poníamos un poco nerviosos. Pero ahora, entre la experiencia y los celulares, nos quedamos más tranquilos y contentos.
2 comentarios:
POr suerte hay ángeles de la guarda. Desde que se los encomiendo a ellos, duemo mejor.
Un abrazo.
Claro Alemamá. Aunque te digo que a algunos se le van cayendo las plumas.
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