miércoles, 23 de enero de 2008

Tango en el Pinar.


Luego de la clase de salsa para los jóvenes y para los que desconocen la timidez, vino la clase de tango para los seniors y algunos jóvenes. Es una tradición en lo de la tía Mónica, que durante algunas noches de verano, haya clase de baile en su casa. Y así, mientras Jorgito preparaba las pizzas en el horno de pan, los demás hacíamos lo que podíamos.

Caritativamente, Joseto no sacó fotos del 2 x 4.

Menos caritativamente, después de ver muchas fotos en Google de artistas del baile rioplatense y vencer la tentación de hacer algunas triquiñuelas desleales con el photoshop, decidí sincerarme y poner la imagen con la cual me siento totalmente identificado y creo que muchos otros también, aunque sea en el fondo de sus gordas conciencias.

2 comentarios:

AleMamá dijo...

Jejejeeee, quizás estuvo mejor la pizza que el baile. A mí me gustan las dos cosas.
Saludos

j.a.varela dijo...

No me atrevo a decirte que tienes razón por temor a diferentes tipos de osos y osas que se pueden dar por aludidos.

j.a.v.