¡Una mañana entre géneros, telas y gasas! Pienso que en las condiciones habituales, da indulgencia plenaria. Sobreviví. Le pedí al vendedor que me sacara una foto para autentificar el episodio. Salió borrosa. Estoy seguro que lo hizo a propósito por solidaridad con la compradora.
Consejo para los jóvenes siuvers: nunca acompañen a sus esposas a las tiendas. Se quedan en un café leyendo el diario, y cuando está todo terminado van a pagar. De ese trance no se salvan, pero por lo menos, leyeron el diario hasta por el canto.
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