Desde chico me impresionaba mirar el cielo del centro de Buenos Aires y ver una maraña de cables que cruzaban de lado a lado de las calles, en una retícula capaz de engañar al láser más avanzado. Lo del láser es de ahora -y después de leer a Tom Clancy-, lo de los cables de al menos 45 años.
Luego, unos vivillos amigos de Martín, cuando les dijo que su padre se acordaba de Gath & Cháves, le preguntaron si era contemporáneo de San Martín. ¡Qué graciosillos! Igual pongo la foto de ese precioso edificio en la esquina de Florida y Cangallo (perdón, de nuevo me pisé el palito, ahora se llama Gral Perón).
Junto con Harrods, eran lugares obligados de una Florida que ya no se reconoce.
No hay comentarios:
Publicar un comentario