Pepé le Pew, el zorrillo apestoso. |
Luego de un largo rato de "chivear", un pobre zorrillo cruzó la alambrada y se acercó al mencionado infante. Éste lo tomó en brazos y el bicho murió en el acto.
Solo se me ocurre un pensamiento. Y es de compasión con los profesores que comparten el aula durante 8 horas con el niño y sus amigos igualmente malolientes.
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