La tradición local atribuye la fundación del monasterio a San Fionan, que vivió alrededor del año 500. Es uno de los monasterios más remotos de todo el mundo cristiano. La situación de Skellig Michael, separada de Irlanda por unas aguas frecuentemente agitadas, ha desalentado siempre a los visitantes, por lo que el lugar se conserva excepcionalmente bien.
La vida de los monjes del monasterio era muy espartana, en concordancia con el ideal de ascetismo perseguido por los primeros cristianos de Irlanda. Pueden verse las seis chozas cónicas de piedra o clochans donde vivían, así como dos oratorios para rezar. Las chozas son circulares por fuera y rectangulares por dentro. Su construcción se realizó con sumo cuidado para que el agua de lluvia no se filtrara a través de las piedras. Los monjes construyeron también terrazas de cultivo alrededor de sus asentamientos.
2 comentarios:
El Peco está hecho todo un highlander!
qué espectacular el lugar!! ahora, bastante frio pasarían los pobres monjes... en ese pedruzco no hay ni árboles para sacar leña... y comida!? comerían gaviotas? o llamarían a un delivery...
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