Nails under water. |
Estas uñas sí que son uñas. Le permitieron al dueño, vaya a saber con que técnicas, pasar toda la secundaria de pantuflas y sin hacer gimnasia. Provocaron en el cirujano varios dolores de cabeza, comprobando una vez más, que no hay nada peor que atender a familiares de médicos amigos, para que las cosas más simples - como unas uñas encarnadas- marchen torpemente.
Ahora andan por el mundo dejando huellas patógenas. Pero nosotros muy contentos de tenerlo de nuevo en casa, con muchos recuerdos y un charango.