Imagen de Nuestra Señora de Montserrat. Hace 24 años, en un día como hoy, mamá y yo bautizamos a Carlos en la incubadora, donde estaba más cerca del arpa que de la guitarra. Y ese mismo día empezó a mover el brazo. El de la férula con la vía, para que nos diéramos cuenta. Y después, toda una larga, flaca, gorda, llorona y chillona historia. A Dios gracias. Y a la Moreneta, que ahora tendrá que cuidar a Teresa, Eduardo y el crío. In situ, para facilitarle las cosas.
4 comentarios:
siempre marsopeando el gordo, y molestando desde chiquito... que se le va a hacer...
igual, como hermano mayor, siempre me consideré en deber de educarlo, incluso con mano dura... pero bueno, ahí tenemos el resultado, habría hecho falta más mano dura y menos banana con dulce de leche...
m
Saludos y felicidades
Gracias por tu visita María Jesús!
Martincho:
En efecto, tus "deberes fraternales" son un decido fracaso.
p.
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