En los comienzos eran las cartas y el teléfono. Luego fueron los e-mails. Anécdotas, cuentos, recuerdos, artículos de interés para muchos, recomendaciones de sitios web. Finalmente vino el blog, con sus fotos, sus posibilidades de profundizar en los temas "a piaccere". Por ejemplo a Carloncho, más de dos líneas lo indigestaban.
Nunca pensé en hacerlo privado. Entra otras cosas, porque se podían hacer muchas cosas buenas en la web.
Hoy sin embargo, me decido a abrirlo mediante invitación solicitada. Me parece más útil para centrar los objetivos e intereses.
Todas las propuestas son bienvenidas. Igualmente estará abierto a todos los interesados en asomarse a nuestras aventuras. Como siempre.
Dentro de un tiempo evaluaremos los resultados.
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