Van cuatro médicos a cazar patos. El primero, un psiquiatra, va adelante. De entre los matorrales sale volando un pato. El psiquiatra apunta y dice:
-Tiene aspecto de pato, pero... habría que ver cómo sobrelleva el pato la carga de ser pato y si en verdad es su deseo ser pato. Porque de lo contrario, a pesar de tener aspecto de pato, no debiera ser considerado pato.
A esta altura el pato ya estaba muy lejos para disparar.
-Mejor déjame a mí, dice un clínico.
Y siguen caminando cuando nuevamente un pato levanta vuelo. El clínico apunta y dice:
-Tiene cola de pato... tiene pico de pato... tiene alas de pato... y vuela como un pato, debe ser pato.
Pero ya el pato se encontraba fuera del alcance del arma.
.
-El próximo pato es mío!- reclama harto de tanta estupidez el tercer médico, un cirujano. Todos siguen caminando y algo, que nadie alcanza a ver qué es, sale de entre los juncos. Rápidamente el cirujano apunta y dispara certeramente sobre el ave. Todos se quedan mirando: -Pero...era un pato?, le preguntan los colegas.
-No sé, que lo vea el patólogo.
Va el patólogo, el cuarto integrante del grupo, a buscar el animal muerto. Al rato vuelve con un hermoso pato colgando de su mano. Todos le preguntan:
-¿Y, es un pato?
- La muestra es insuficiente.
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