viernes, 8 de enero de 2010

Duendecillo.


Otra vez en casa, después de un fin de año en Paris bajo la nieve, para ponerse de acuerdo con Vianney sobre las diabluras que harán apenas se salgan de sus cunas, Llorenç se encontró conque Patty le había mandado desde Edimburgh, estos escarpines de duendecillo con cascabeles y todo. Ni que hubiera adivinado que justo era lo que le estaba faltando para las trastadas que había combinado con el primo en r. Spontini.
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1 comentario:

martin dijo...

yo quiero esas botas para jugar al fulbo!!!!
habrán talle 43?