sábado, 12 de diciembre de 2009

Playmobil

¿Recuerdan esta estación espacial? Creo que la nuestra no tenía el "shuttle". Durante años fue el regalo obligado de los viajes con mamá. Por precio, por peso, por durabilidad, ¡por tantas cosas! Además habíamos descubierto que en , siempre había un estante con pequeñas fallas que a la hora de abrir las cajas ya no tenían importancia y eran más baratos. A propósito, encontré ahora este artículo en el ABC .
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Son pequeñitos, pero con ellos se juega y se sueña a lo grande. Son treintañeros (nacieron en 1974, creados por Hans Beck), pero consiguen que con ellos en las manos cualquiera pueda volver a ser un niño. En estas tres décadas y media nunca han dejado de sonreír. Son un juguete y son, sobre todo, el hilo con el que devanar la madeja de nuestra imaginación y nuestra fantasía.
Son de plástico, pero también se pueden vestir con las mejores galas principescas, aunque nunca le han hecho ascos a subirse al andamio, capitanear un barco pirata, ir de safari, lucir cuernos de vikingo o convertirse en los intrépidos domadores del mayor espectáculo del mundo.
Son los playmobil, uno de los juguetes que mayor agrado y más puertas abren a la imaginación del niño y de la niña... y de más de un padre. Con sus 7,5 centímetros de altura, los play son, sin embargo, gigantes. Y ahora se han convertido en los protagonistas de la exposición «Érase una vez playmobil», que acoge el Museo de Artes Decorativas de París hasta el 9 de junio de 2010.
La muestra, además de un circo con 1.500 personajes, se articula en tres grandes apartados, tres paisajes de leyenda de estas figuritas: «Los combatientes», «Explorar el mundo» y «La vida en la ciudad». Treinta y cinco años después del nacimiento de los primeros muñecos (el obrero, el indio y el caballero), hasta hoy se han producido 2.200 millones de personajes.
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Me parece que la última compra fue un fracturado en silla de ruedas. Mamá no se fijó mucho en lo que era (los famosos lentes) y fue a parar a Alvaro. Pero como al poco tiempo se fracturó Juan Pedro, se lo prestamos para su consuelo. Ya no volvió y creo que el niño no lo ha olvidado ni perdonado.

1 comentario:

nachov dijo...

Playmovil. Lo máximo! Hace poco en una calle de Europa me encontré unos playmovil escala humana en la puerta de una tienda.
PS: qué bueno el pesebre en la foto de cabecera.