domingo, 6 de diciembre de 2009

2° Domingo de Adviento



Copio de la carta de diciembre del Prelado del Opus Dei:


"En el segundo domingo de Adviento nos topamos de nuevo con la llamada al gozo sobrenatural ante el inminente Nacimiento de Jesús. En esta ocasión, el profeta Baruc se dirige a Jerusalén —figura del alma que espera en el Señor— y le anuncia: quítate el vestido de luto y de tu aflicción y vístete de gala, de la gloria que Dios te otorga para siempre. Envuélvete con el manto de la justicia de Dios, ponte en la cabeza la corona gloriosa del Eterno. El Señor nos promete una alegría plena y eterna, que no se acabará nunca, si nos esmeramos en cumplir con amor sus mandamientos; si volvemos a Él una vez y otra mediante el arrepentimiento, cuando no hayamos sabido comportarnos como hijos buenos. La alegría, el optimismo sobrenatural y humano —escribe San Josemaría—, son compatibles con el cansancio físico, con el dolor, con las lágrimas —porque tenemos corazón—, con las dificultades en nuestra vida interior o en la tarea apostólica. ¿Sacamos partido de estas y de otras circunstancias personales para dar buena acogida al Señor? ¿Con qué devoción acudimos a Santa María y a San José, para que nos ayuden en nuestro caminar hacia Belén?"


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