Hoy por hoy, sin celulares no es posible la vida. Esta máxima permitirá a los arqueólogos reconocer dentro de muchos siglos, los restos pertenecientes a las poblaciones del planeta a fines del siglo XX y comienzos del XXI. Pero basta de filosofía barata. A E.V.A. de V. -cubrimos con un manto de caridad su verdadero nombre- el último le duró dos meses. La marca no garantiza el aparato que se sumerja bajo agua. Ni siquiera explicándole al vendedor que es un "affaire de famille". En efecto, M.V.A. de DC. -de nuevo la salva la caridad-, ya ha sumergido tres en el WC con iguales funestos resultados.
¡Que por éstas no quede! Sugerimos a padres e hijos, que los próximos celulares los regalen con bolsitas impermeables. Ya están a la venta por módicos costos.
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