Superman

Cualquier padre sabe, que ser Superman es un estatus inherente al cargo pero de duración incierta. En mi caso, padre de diez hijos, dos de ellas niñas, el tiempo se fue prolongando aceptablemente. Cuando uno aflojaba, había otro dispuesto a tomar el puesto y alejar la Kriptonita. Y mis super-poderes permanecieron incólumes durante casi treinta años.

.
Pero algo me hace sospechar que el último que sostiene esta bandera, ha empezado también a flaquear. No mucho, pero por ejemplo, el otro día me advirtió con un dejo sospechoso en su voz, que el chiste que sí salió de mi boca, era como la cuarta vez que lo contaba, y que además lo había “quemado” antes del final.

.

.

Por fortuna, para fines de setiembre llegará nuestro primer nieto. Así que me mandaré hacer una capa nueva y tendré trabajo para rato volando por los cielos de Montevideo y luchando contra los malhechores.

.

¡Qué se habrán creído estos mocosos! Superman no se rinde. O como dicen los chicos de ahora: ¡Aguante Superman no más!

.

La imagen es del primer número de la revista de junio del 38, hace 60 años justos.