Santa María la Mayor. Una de las cuatro Basílicas Mayores, junto con San Pedro, San Juan de Letrán y San Pablo Extra-Muros.
En la propia Basílica se ha conmemorado este día con la tradicional “nevada” de pétalos de rosa que recuerdan la aparición de la Virgen al Papa Liberio para aunuciarle que le mostraría el lugar dónde costruir una iglesia.
A la mañana siguiente de este sueño, el 5 de agosto del 358, la colina romana del Esquilino apareció nevada a pesar de ser pleno verano. Allí es dónde ahora se asienta esta maravillosa basílica.
Desde entonces la basílica mantiene una relación muy especial con la Ciudad Eterna pues custodia la imagen conocida como la ‘Protectora de Roma’ o del ‘Auxilio del Pueblo romano’. Un día de gala para celebrar esta hermosa tradición.
Para nosotros, además, un recuerdo de las jornadas romanas. En especial, de una tarde, un jueves de Corpus, haciendo la procesión por la vía Merulana desde San Juan de Letrán hasta Santa María la Mayor, junto a Juan Pablo II. Y al llegar, un encuentro breve con el Prelado del Opus Dei, junto con los Meyer-Lejeune.
También una oportunidad para encomendar al que pronto se nos va por unos años a Roma.
Y luego, para que los que no han tenido la dicha de estar en Roma todavía, puedan admirarse al ver el artesonado del techo de la Basílica con los pétalos cayendo.
Un recuerdo también para las caras asombradas de los niños de Monte VI, cuando en esta celebración, escuchaban el relato que siempre hacían los capellanes. Me parece verlos.
Y para aterrizar, hay una Upim muy cerca, en la que pasé varias horas de mi sufrida existencia (no comments, please)
1 comentario:
No comento, pero os sigo siguiendo, me encanta
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