La economía necesita de la ética, como lo demuestra la imposición de una finanza ética y de los sistemas de microcrédito y microfinanciación. En las intervenciones para el desarrollo se debe considerar en primer lugar la centralidad de la persona humana, mientras las organizaciones internacionales deben cuestionarse la eficacia de su propio equipo de cooperación en relación a los fines que persiguen.Este es uno de los pasajes centrales de la nueva encíclica de Benedicto XVI, Caritas in Veritate, que ha sido publicada hoy y firmada por el Papa en los días anteriores
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