Gabriela está muy cómoda. El brazo de su abuelo Julio -a quien le sonríen hasta las orejas y no es para menos- parece ser una reposera muy confortable.
Malala, previsora, le puso una servilleta en el hombro, sin duda para evitar los accidentes "post-prandiales".
Los esperamos en diciembre, con un sol un poco menos fuerte que el de Colombia, pero más lindo que el de Paris por esas épocas.
1 comentario:
Preciosa la beba!
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