lunes, 31 de mayo de 2010

¡Qué envidia!

A bordo de un supersónico nuevo modelo de la compañía íbera, partió la abuela a ver a su nieto, su nuera y su hijo (en orden de importancia). Ya nos llamó desde el campito donde aterrizaron y todo estuvo bárbaro. Incluso llegaron todas las valijas, que ya es decir!

Claro que fueron necesarios varios comprimidos de Aeromar, versión criolla del Dramamine. Es que la abuelita, de sentir el olor a aeropuerto ya se marea. Ni que decir cuando el aparato se empieza a sacudir. Me imagino que con la sudestada que había ayer en mvd, el despegue debe haber sido una especie de coctelera a las tres de la madrugada en una de las barras del Punta Week-end.

Pero bueno, si consiguió adecentarse antes de aterrizar junto al Tibidabo, debe haber quedado bastante parecida a la de la foto, para alegría de Llorenç y todos.
¡Feliz estadía! A ver cuántas conocidas encontrás esta vez en Bonaigua. Y a Montse que siga cuidando a las mujeres de la flía. que mucho se lo agradecemos.

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